El Monasterio de San Millán, es más que un monumento arquitectónico. Es parte de la historia de La Rioja, es cuna del Castellano y es un enclave mágico de una increible belleza.
Situado en la localidad de San Millán de la Cogolla, a los pies de la montaña, rodeado de una extensa vegetación divisamos cómo se alza majestuosos el monasterio construido en el año 1053 por el rey García Sánchez III de Navarra «el de Nájera».
La creación de éste va unida a la leyenda del joven pastor Millán. Este siendo muy joven se retira a la montaña, donde vive como hermitaño hasta el final de sus días con 101 años. Dice la leyenda que se obro el milagro de san Millán . A partir de entonces comienza a rodearse de discípulos y la cueva del monje hermitaño es cada vez más visitada y venerada. Cuando muere en el año 574, sus discípulos lo entierran en su cueva, y alrededor de ella se va formando el primer monasterio, el de de Suso. Podemos ver una maravillosa vista de éste enclavado en la montaña. 50 años después de su muerte, San Braulio escribe su historia.
Los monjes cada vez son más numerosos y ya resulta imposible habitar en el pequeño monasterio de la cueva y se comienza a crear el nuevo monasterio de Yuso. Se trasladan a éste monasterio y comienza la singular historia de éste.
Deciros que las palabras Yuso quiere decir abajo en el castellano antiguo y Suso, arriba. De hay la procedencia del nombre de ambos monasterios.
Los frailes que en él habitaron, siempre dedicaron su vida a la escritura y conservación de sus códices. (grandes libros creados en piel de animales y pintados con extractos de plantas, de tierras etc) Es hay donde aparecen los primeros códices de la lengua castellana y no sólo del castellano, sino de el idioma vascuence, por lo que se cree que alguno de los monjes era de ésas tierras y escribía en su idioma.
Es una visitas imprescindible en La Rioja, tanto para amantes de la arquitectura, donde combinan varios estilos dados por el paso de los años, cómo para cualquier persona que quiera disfrutar y respirar de un espacio de inmensa belleza y tranquilidad.
Es como si el Santo Millán entre su legado hubiese dejado un halo de paz que se trasmite al visitante nada más pisar esta tierra. La belleza del paisaje, el silencio, el respeto a lo antiguo que se mantiene en la zona. Todo ello te llenará el alma.
En su interior también se encuentra la Hosteria, parte del monasterio destinada a éste fin y respetando todo el carácter histórico y sobrio de sus muros, pero ofreciendo el confort de un maravilloso hotel. Te llevamos a conocerlo.
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